mundo posible

novela publica

Saturday, May 27, 2006

Anexos

Cuenta la leyenda la historia de un sembradío de zapallos calabazas. Según fuentes que maneja don Pedro, la parcela era un tanto pobre. El hombre dueño de la tierra había perdido animales y otras cosechas. Los zapallos eran lo último que le quedaba. Cuenta don Pedro que la sequía estaba brava aquel año.
"El hombre todos los días caminaba con un burro y unos baldes a buscar agüíta, en un quebrada cerca del campo que tenía. Oiga, todos los días temprano, con noche todavía, partía. Pero los baldes no le alcanzaban para toda la siembra, así que poco a poco se fue secando la cosecha. Fue tanto la sequía, que le quedó una sola mata. Pero el hombre no se echó a morir y siguió yendo todos los días a la quebrada, hasta que vino el tiempo de cosechar. Sabe, grande fue la sorpresa cuando le apareció el fruto. Él dijo que no vio antes lo que pasaba. Un día fue a la quebrada y no quedaba agua, ni siquiera para él o para el burro. Venía de vuelta ya con la sequedad en la garganta y el sol pegándole en la espalda, el burro ya caía de cansancio. Abrió la puerta con rabia, casi la echó abajo, pasó por la casa y ni miró a la mujer, fue directo a la siembra.
Las calabazas eran gigantes, tan grande era una que cabía un caballo con jinete y todo dentro de ella, fíjese.
El hombre vendió las calabazas que le dió la mata y con la platita le alcanzó para unas semillas y una vaquita.
De la quebrada nunca más volvió a salir agua."